domingo, 13 de noviembre de 2011

Por una milésima de segundo.

Pensé que todo se arreglaría, que todo por una milésima de segundo volvería. Pero ¿sabes qué? Desperté de ese sueño eterno, el cual me condenaba a ti. No sé que pensar, no se que decir, solo sé que tal vez soy un recuerdo más, en tu memoria fugaz, que ya no vale la pena luchar, que ya no hay guerras que ganar; solo queda el olvido y con ello el destierro de aquello que fue mi hogar.



Tus manos en mis caderas, mis manos en tus costados y una sonrisa de oreja a oreja me hizo despertar, por que ya no me queda nada por lo que luchar, ya no tiene sentido, si es así de caprichoso el destino, solo déjame decirte que tú no eres un misero recuerdo, que tu eres ese tesoro que guardo en un rinconcito dentro de mi corazón de piedra con tú nombre y el mío.


By: Miriam.

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