viernes, 18 de noviembre de 2011

Huyamos del ruido de las campanas.

De esos días que sentados en el sofá nos miramos, sonríes y apartas un mechón de mi rostro, que me levante y me desnude frente a ti haciéndote sonreír, que me prestes tú sudadera, que me ponga las bambas y salgamos corriendo de esa casa.



Que no nos fijemos si el semáforo esta en rojoámbar o verde; que los coches piten cuando pesemos, que nos colemos en cualquier garito y me agarres por la cintura pegándome a ti mientras pasamos entre la gente, que me arrincones en una esquina y me muerdas la boca. Deja que nos echen a patadas por la puerta trasera, bailemos por las calles, corramos por la carretera y parémonos en esa enorme torre donde veamos las agujas llegar a las doce. Susurrame que me quieres, susurrame que siempre estarás a mi lado pase lo que pase y no sueltes mi mano cuando camines entre la gente y hayamos cuando el sonido de las campanas lleguen a nosotros indicando un nuevo comienzo de un nuevo día junto a tu lado.

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