Te quejas de que yo y luego tú a la mínima te giras. Se acabo, aquí se termina mi esfuerzo. Que seas feliz y que te vaya bien todo en la vida, de mi olvídate, mataste la únicas y pocas esperanzas que tenía a hacer que todo volviera a ser como antes, pero no, has conseguido que esa parte se fuera y se quedara en: NADA.
¡Ah! Se me olvidaba, sí, date por aludida.
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